¿Quién fue Aquiles? El héroe de la Guerra de Troya

Aquiles era hijo de Peleo y de la nereida Tetis. Cuando surgió, su madre quiso hacerle inmortal, por lo cual le sumergió en las aguas de la laguna Estigia.

Para llevarlo a cabo le tomó de los talones, que fue la exclusiva parte que no sumergió bajo el agua y, por consiguiente, quedaban exentos de la invulnerabilidad que tendría el resto del cuerpo.

Aprendió las artes de la guerra y la caza del centauro Quirón en el monte Pelión. Además le enseñó artes como la música o las características curativas de las plantas.

Aquiles y la Guerra de Troya

Cuando era un pequeño, Calcas, un adivino, aseguró que en la futura guerra de Troya los griegos sólo podrían vencer si Aquiles participaba en ella, pero que fallecería a lo largo de la contienda. Su madre tomó la decisión de esconderle entre las hijas del rey Licomedes, pero llegada la hora los griegos mandaron a Ulises a buscarle.

Cuando Ulises llegó a la corte, el rey negó que se encontrara ahí. Por eso llevó regalos a sus hijas. Les recomendó joyas y adornos, pero además llevó un escudo y una lanza mientras sonaba un clarín.

Aquiles no ha podido contenerse y se abalanzó sobre las armas. Una vez descubierto, tomo la decisión de asistir a la guerra del lado de los griegos.

A lo largo de la contienda, Aquiles se colocó siempre en la vanguardia de las tropas griegas, logrando eliminar considerable suma de localidades.

Cuando estaban saqueando Lirnesa, consiguió como botín a una muchacha llamada Briseida.

De forma simultanea, le fue concedida a Agamenón, jefe de las tropas griegas, una muchacha sacerdotisa de Apolo llamada Criseida. Apolo enfureció frente este suceso y mandó una nube de flechas que acabó con la vida de parte importante de los soldados.

Para calmar las cosas, Aquiles ha propuesto devolver la sacerdotisa al templo, un concepto que no gustaba a Agamenón, pero a lo cual accedió en lugar de que Aquiles le diese a su esclava.

Éste no tuvo más remedio que aceptar, pero no quiso continuar combatiendo hasta que no se restableciese su honor. Por medio de la sepa de Aquiles el batallón troyano pudo enormes victorias. Los griegos rogaron a Aquiles para que volviese a batallar, y también el rey le devolvió a Briseida, pero él se negó.

No obstante, algo logró que cambiase de opinión. A lo largo de una de las peleas, el troyano Héctor dio muerte a Patroclo, amigo de Aquiles que portaba la armadura de éste.

Aquiles tomo la decisión de vengar su muerte volviendo al campo de guerra. Se enfrentó en lo personal a Héctor hasta que le dio muerte abatiéndolo con una lanza.

Lo siguiente que logró fue atar su cuerpo a su carro y lo arrastró frente a las murallas de Troya a lo largo de numerosos días, negándose a devolver el cuerpo a su familia.

Frente tal afrenta, los dioses eligieron intervenir y convencerle de que le devolviese el cuerpo a su familia para que tengan la posibilidad de ofrecerle sepultura en lugar de un cuantioso salve.

La muerte del héroe

Poco tiempo luego, se causó una enorme pelea en los alrededores de la región. Aquiles se enfrentó a Paris, quien seguía bajo la custodia de la diosa Afrodita, por lo cual supo precisamente los pasos que debía ofrecer para terminar con Aquiles.

Conociendo el punto vulnerable del ídolo, el talón, le disparó una flecha. Apolo, quien poseía envidia de la admiración que despertaba Aquiles, dirigió la flecha de manera directa hacia su talón.

La herida que le ocasionó acabó de manera rápida con su historia.

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