Tepeyollotl, Dios de los temblores y terremotos

Tepeyollotl

Tepeyollotl está inmortalizado como uno de los dioses más indispensables de la civilización azteca y mexica, dado a que es la representación del dios de las montañas, de los ecos y de los temblores. Además es el asegurador y patrono de los jaguares. Algo atrayente es que en otras mitologías el dios de los temblores y terremotos está asociado en la mayoría de los casos con el dios de los océanos.

La representación de Tepeyollotl es cubriéndose con la piel de un jaguar, en honor a su liderazgo sobre estas especies que por lo general habitan en las montañas, sitios del que es dios y regente. Tiene relación al dios Tezcatlipoca en algunos contenidos escritos y escrituras.

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  1. Etimología De Tepeyollotl
    1. Elementos que conforman la imagen de Tepeyollotl
    2. El mito de la construcción

Etimología De Tepeyollotl

Su relación con el dios Tezcatlipoca debe ver con la forma que consigue de jaguar, dado a que esta pertenece a las manifestaciones del sustancial dios azteca. A esta conclusión se llegó luego de que los historiadores se percatarán del aspecto físico del dios Tepeyollotl, que cargaba consigo un espejo humeante y el anauatl o pectoral, que son elementos representativos de Tezcatlipoca.

Según el artista del Códice Telleriano-Remensi, cuyo nombre es irreconocible hasta la actualidad, el nombre inicial de esta deidad era Tepeolotlec, así mismo se referiría a la condición donde estaba la tierra cuando sucedió la inundación. Además entre los significados del nombre de esta deidad estaba el de “sacrificios de la tierra” y “dios de las bestias”.

Otro de los nombres con los que se conoce a esta deidad es como “corazón de la montaña”, que hace una semejanza al sonido que hay en la tierra, así como puede ser el eco o reverberación que hay en la tierra y que puede retumbar en la montaña.

Tepeyollotl dios temblores

Elementos que conforman la imagen de Tepeyollotl

La imagen física del dios Tepeyollotl se constituye de distintos elementos que tienen la posibilidad de contribuir a comprender mejor el tipo de tarea que hace esta deidad en medio del panteón azteca. Entre los elementos más significativos resaltan el disfraz de jaguar, la pintura facial bicolor que es tan propiedad en la representación de Tepeyollotl, y las vendas horizontales que le se asocian en la cara.

De la misma manera, además se resaltan la nariguera de turquesa, la barba, la varilla en la nariz, la venda y un espejo en la sien. En este punto nos paramos y sucede que, Tepeyolotl se relaciona con Tezcatlipoca a consecuencia de la existencia de este espejo en la mitad de su representación física.

En su representación física además se cuentan datos indispensables como un tocado de plumas de garza, uno de plumas amarillas y otro de plumas Quetzal. Cuenta además con un mechón colgante y con una orejera redonda. Es sustancial denominar además el cuchillo cerca del cuerpo y ojos de estrella sobre la cabeza.

El mito de la construcción

De acuerdo con los aztecas y mexicas, sucedieron numerosas producciones hasta llegar a la construcción de los humanos como los conocemos hoy. El mito cuenta que el Tezcatlipoca Negro gobernaba sobre el primer mundo, siendo el amo y señor del sol de la tierra, que se posaba sobre los colosales atemorizantes que poblaban la tierra entonces.

Estos colosales eran tan abominables, tan gigantes y terribles, que eran capaces de arrancar los árboles con las manos. Ocasionalmente, Quetzalcóatl abalanza a Tezcatlipoca (Tepeyollotl) hacia las profundidades del mar, pero éste emerge poderoso y convertido en un indomable jaguar. Con su grupo de felinos asesinos, Tezcatlipoca llega de nuevo a la tierra para terminar con la raza de colosales, que por último acaban devorados por los jaguares.

Según los mexicas, este jaguar en el que se transformó el dios puede ser apreciado en el cielo por medio de la Osa Mayor. La siguiente creación la originó Quetzalcóatl, el sol del viento. La devastación de esta novedosa creación estuvo a cargo de Tezcatlipoca, quien lo derrotó derribándolo. En ese instante, Quetzalcoátl adjuntado con su pueblo se vieron en la necesidad de dejar todo el territorio de lo que hoy conocemos como México.

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